Todavía con un poco de resaca en el cuerpo por el festejo de navidad, nos tomamos un bus desde Ho Chi Minh a Phnom Penh, la capital de Camboya, para ir a conocer este hermoso pais y su gente
Uno de los más recientes y crueles genocidios tuvo lugar en este país, y en esta ciudad visitamos el museo S21 y los campos de exterminio para conocer la triste historia del pueblo camboyano.
Seguimos viaje hacia Sihanoukville donde pasamos la noche y temprano al día siguiente nos cruzamos en ferry a la isla Koh Rong. Al fin después de mucho tiempo pudimos disfrutar otra vez del mar,de la playa y el sol.
Confirmando todos los pronósticos, esta isla es verdaderamente un paraíso. Por el color del mar, por la arena fina y blanca, por los locales y su forma de vida y también por los extranjeros que se quedan a trabajar en la isla, solo por el placer de pasar un tiempo de sus vidas en este increíble lugar.
Nos reencontramos con Ceci y Kelo, también con Juan un uruguayo que conocimos en NZ y que el destino nos cruzó en China, Vietnam y ahora también en esta isla. Además conocimos al Colo y Pau otros dos argentinos haciendo también un muuuy lindo viaje.
En la isla, paseamos por las distintas playas, fuimos en un bote a pescar, hacer snorkel, apreciamos un atardecer esplendido, también por las noches tomábamos algún traguito en la playa, nos divertíamos jugando con los niños camboyanos. Y en año nuevo festejamos en un bar turco que nos hicieron una rica parrilla de pollo, cerdo y pescado.
Para el 1ro de enero sucedió una de esas cosas que te marcan el viaje, los dueños del hotel donde nos quedábamos, que no hablaban ni una palabra en inglés nos invitaron a festejar el nuevo año con ellos y todos los vecinos. Muchos pescados asados, un fuentón de cervezas frías y otras cosas ricas en la mesa, muchos brindis y risas. Una tarde inolvidable con esta gente humilde que nos abrió las puertas a sus festejos.
Después de una semana y sin tantas ganas de irnos, dejamos la isla y en un bus nocturno nos fuimos a Siem Reap.
Alquilamos unas bicis y a las 5 de la mañana pedaleamos hasta los templos de Angkor a ver el amanecer... Nos pasamos todo el día bicicleteando por estos increíbles Templos, Angkor Wat, Bayon y otros menos conocidos. Son realmente impactantes, tienen miles de años y en algunos casos se puede observar como la vegetación se los fue comiendo.
Este destino fue el destino de cierre de Camboya, y nos quedan los mejores recuerdos de este país y su gente, sin lugar a dudas un sitio que recomendamos 100 %.
Seguimos viaje hacia Sihanoukville donde pasamos la noche y temprano al día siguiente nos cruzamos en ferry a la isla Koh Rong. Al fin después de mucho tiempo pudimos disfrutar otra vez del mar,de la playa y el sol.
Confirmando todos los pronósticos, esta isla es verdaderamente un paraíso. Por el color del mar, por la arena fina y blanca, por los locales y su forma de vida y también por los extranjeros que se quedan a trabajar en la isla, solo por el placer de pasar un tiempo de sus vidas en este increíble lugar.Nos reencontramos con Ceci y Kelo, también con Juan un uruguayo que conocimos en NZ y que el destino nos cruzó en China, Vietnam y ahora también en esta isla. Además conocimos al Colo y Pau otros dos argentinos haciendo también un muuuy lindo viaje.
En la isla, paseamos por las distintas playas, fuimos en un bote a pescar, hacer snorkel, apreciamos un atardecer esplendido, también por las noches tomábamos algún traguito en la playa, nos divertíamos jugando con los niños camboyanos. Y en año nuevo festejamos en un bar turco que nos hicieron una rica parrilla de pollo, cerdo y pescado.
Para el 1ro de enero sucedió una de esas cosas que te marcan el viaje, los dueños del hotel donde nos quedábamos, que no hablaban ni una palabra en inglés nos invitaron a festejar el nuevo año con ellos y todos los vecinos. Muchos pescados asados, un fuentón de cervezas frías y otras cosas ricas en la mesa, muchos brindis y risas. Una tarde inolvidable con esta gente humilde que nos abrió las puertas a sus festejos.Después de una semana y sin tantas ganas de irnos, dejamos la isla y en un bus nocturno nos fuimos a Siem Reap.
Alquilamos unas bicis y a las 5 de la mañana pedaleamos hasta los templos de Angkor a ver el amanecer... Nos pasamos todo el día bicicleteando por estos increíbles Templos, Angkor Wat, Bayon y otros menos conocidos. Son realmente impactantes, tienen miles de años y en algunos casos se puede observar como la vegetación se los fue comiendo.
Este destino fue el destino de cierre de Camboya, y nos quedan los mejores recuerdos de este país y su gente, sin lugar a dudas un sitio que recomendamos 100 %.
No hay comentarios:
Publicar un comentario